Pesaguero, Municipio de montaña, se sitúa en la comarca de Liébana, en un área que riega de oeste a este el río Bullón, afluente del Deva. Tiene una extensión de 70 km2, delimitada al norte por Cabezón de Liébana, al este por Polaciones, al oeste por Vega de Liébana y al sur por la comunidad autónoma de Palencia.
Dista 129 km de Santander.
Sus 373 habitantes están muy repartidos entre las diez aldeas que conforman el término, siendo las más destacadas las de Caloca, Valdeprado, Lerones, Lomeña y la capital, Pesaguero.
Estos pequeños pueblos, la mayoría de los cuales aparecen documentados a partir del año 1000, constituyen un bello paisaje al ser ricos en pastos y bosques. Sus tierras formaron parte del dominio señorial del conde don Tello y estuvieron también bajo la jurisdicción de la Casa de la Vega.
La actividad económica básica se centra en la ganadería de montaña: vacas (pardo alpina y frisona), ovejas y cabras. También la agricultura, basada en la pradería para el ganado y en cultivos de tipo forrajero, juega un papel fundamental.
De hecho, la gastronomía que caracteriza a este municipio, como ocurre en el resto de la comarca, se sustenta en productos caseros, como los garbanzos, el orujo y el queso. El turismo es otra de las fuentes de ingresos que está cobrando cada vez más protagonismo.
Pesaguero cuenta con varias manifestaciones arquitectónicas de valor histórico, tanto desde el punto de vista religioso como desde el civil. En el primer caso destacan las iglesias góticas de Caloca y Avellanedo, mientras que en el ámbito civil sobresalen varias casonas del siglo XVIII, como las de Vendejo y Valdeprado.
También son reseñables los restos de la arquitectura popular de las diferentes localidades. En este sentido resalta algún ejemplar conservado de hórreo, tan importantes en otros tiempos y hoy prácticamente desaparecidos en Cantabria.