En las puertas de la comarca de Liébana, en el extremo oriental de Cantabria, se encuentra Peñarrubia, que se extiende por una agreste superficie de 54,3 km2, en las estribaciones de la cordillera de los Picos de Europa.
Lo abraza desde el norte el municipio asturiano de Peñamellera Baja; al este limita con Lamasón y al sureste con los lebaniegos Cillorigo y Tresviso.
Lo pueblan 356 vecinos repartidos por siete núcleos de población: Caldas, Cicera, La Hermida, Navedo, Piñeres, Roza y Linares, la capital.
Vinculado históricamente a la Merindad de las Asturias de Santillana, los dos concejos que administraban el valle de Peñarrubia en la Edad Moderna lograron mantener la zona dentro de la jurisdicción de realengo, a pesar del peso que llegaron a tener los señores de La Hermida.
Testimonio de esta importante familia son las tres torres que todavía se alzan en la localidad de Linares: la del Pontón, la de Berdeja y la de Piedrahíta, estas dos últimas en ruinas. También pertenece al sistema defensivo de la zona otro de los elementos de interés del patrimonio civil del municipio: las ruinas de la fortaleza de Bolera de los Moros, levantada a finales del siglo VIII, en los albores del Reino de Asturias, sobre el monte de Santa Catalina, a 600 m de altura. Visita La Torre de Linares.
El elemento que singulariza este municipio es el desfiladero de La Hermida, un sobrecogedor corredor abierto entre muros de caliza que llegan a elevarse hasta los mil metros de altura y por momentos tiene una anchura de tan sólo cien metros.
Recorre esta garganta, catalogada Zona de Especial Protección de Aves, el caudaloso río Deva, considerado Lugar de Importancia Comunitaria y abundante en salmones y truchas. Hace más de cien años se construyó en este desfiladero una carretera que, todavía, se sirve del mismo trazado e infraestructuras; convertida en la N-621, constituye la principal vía de entrada a Liébana