Restaurante Solana

El Restaurante Solana se encuentra en Ampuero. La historia de este restaurante es el reflejo de  toda una familia a lo largo de tres generaciones. Cuentan algunos nonagenarios, que aun recuerdan aquella tasca típica  de la posguerra  como otras de las escasas tabernas  que existían en la zona en aquella época.

En esta  casa se  ofrecían alimentos que se cultivaban en el pueblo y sus  entorno, ofreciéndose a cualquier viandante que acertaba a visitarlos. Los medios no eran los mismos de hoy en día, Bernabé y Benedicta compartían los elementales trabajos de hostelería  con el cuidado del ganado. 

Es así como luchando y trabajando este entrañable lugar, sigue dando satisfacciones al paladar de una fiel clientela sesenta y cinco años después.

La familia aumentó y los descendientes se organizaron para que “Solana” siguiera su camino.

Dos de ellos decidieron dedicarse a la hostelería y es así como Jesús después de cursar estudios  en la escuela superior de Hostelería de Madrid y dadas las circunstancias del destino emigró a Luxemburgo para que en este ducado de los países bajos formara otro restaurante Solana con un rotundo éxito.

Otro familiar, José Antonio contrae matrimonio con Begoña y se ponen al frente del negocio y al igual que sus antecesores compaginan el ganado con el restaurante.

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El restaurante Solana es una fusión de lo tradicional y lo moderno, pero en el que se maneja con el temple que da la naturaleza ese sosiego y tranquilidad que lo hace diferente a todos.


Sus mesas amplias y confortables acostadas sobre unos ventanales panorámicos, en los cuales se disfruta del paisaje típico montañés, con sus prados verdes y su ganado. Aquí se tiene la impresión de estar compartiendo la naturaleza con toda la flora y la fauna que se divisa. Un restaurante para disfrutar tanto en lo gastronómico como en lo visual. Un autentico paraíso terrenal.

Allá por 1971 el matrimonio acomete la  primera reforma de la vieja tasca y que se conserva intacta desde la fecha, manteniendo en la actualidad la solera de bar de pueblo que el paisaje reclama. Begoña una cocinera sabia, ha venido recreando con sus guisos la memoria gustativa  de los paladares de la gente de ayer que no dejan de reclamar hoy en día su popular cocina casera la cual maneja con maestría. El paso de los años hace que sus hijos Ignacio e Inma comiencen desde niños a ayudar en el negocio.

Más tarde  el primero de ellos se decide a regresar a sus inicios después de un periplo por varios de los mejores restaurantes del país. Es entonces cuando a finales del año 2007 ponen en marcha un apartado anexo a la casa convirtiéndolo en un restaurante gastronómico con vistas al valle que ha culminado un sueño que empezó allá en 1940.

www.restaurantesolana.com