La Batalla de Flores en Laredo

El origen de la Batalla de Flores se remonta a principios del s.XX, una época de esplendor cultural y bonanza económica que conocemos como Belle Epoque. La celebración de Galas Florales, Fiesta de las Flores o Coso Florido estuvo relativamente extendido entre las principales ciudades europeas entre finales del siglo XIX y principios del XX. Pronto este tipo de celebraciones llegaron a la Península Ibérica (Murcia, Valencia) y, más concretamente, a Laredo.

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Por aquel entonces, Laredo era el destino de veraneo de la pujante burguesía, que contribuyó de modo determinante a la organización de todo tipo de festejos y celebraciones que tenían un denominador común: el buen gusto, la elegancia y distinción que caracterizaba a esta clase social.

Origen de La Batalla de Flores

La Batalla de Flores nació como un festejo de despedida del verano, una actividad lúdica aunque distinguida, impregnada del refinamiento artístico y la sofisticación que eran características distintivas de las principales familias acomodadas que veraneaban en Laredo en aquella época. Alentados por el entonces secretario del Ayuntamiento, el carismático Arsenio Lazbal González, se lanzaron con entusiasmo a preparar el festejo presentando su proyecto al alcalde de la villa, a los miembros de la Cofradía de Pescadores y a la corporación municipal. Todos se mostraron entusiasmados y deseosos de organizar aquel festejo marítimo.

Veinticinco traineras, pertenecientes al cabildo y prestadas para esta ocasión, fueron engalanadas con flores, serpentinas, caramelos y pasteles colocados de proa a popa a modo de guirnaldas. Aquel domingo por la tarde, a la hora que había sido fijada la Batalla, llenos los muelles de numerosos espectadores, dio comienzo la enconada lucha simulando una auténtica batalla naval.

La primera Batalla de Flores se celebró con tal éxito que todos quedaron animados para volver a celebrar aquel festejo que pronto llegaría a ser conocido en todos los rincones de España.

Las carrozas ornamentadas son las grandes protagonistas de la Batalla de Flores de Laredo.Esto requiere de una cuidada planificación y ejecución y que implica a un gran número de personas.

Su diseño y construcción ha experimentado una enorme evolución desde las primeras ediciones de la fiesta hace más de 100 años hasta el presente.Las primeras carrozas eran simples objetos decorados sobre pequeñas plataformas móviles arrastradas por animales que estaban realizadas casi íntegramente en madera, material que servía tanto de componente estructural como de soporte para el revestimiento de flores, que iban clavadas a la superficie con puntas y clavos metálicos.

La víspera de la fiesta siempre ha tenido un sabor especial. La inquietud, la alegría anticipada, los nervios de última hora son perfectamente apreciables en todos y cada uno de los grupos y colaboradores.

La noche anterior a la Batalla de Flores es la noche mágica de Laredo. En cada carroza, los colaboradores trabajan con miles y miles de flores cortadas los días previos al desfile de la Batalla para que luzcan y rezumen su máxima frescura.

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